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Trate (de la manera mas desgastada) de tirarte por el borde y seguir. Mas en un descuido mi inconsciente me llevo a brincar tras de ti. 
Que las veces que me hiciste sentir menos, los fallos técnicos y las peleas sin sentido, mi manera de llorarte al teléfono no importan si hablamos de tus virtudes, esas que presumes por que estas casi consciente de lo que un corazón como el tuyo vale. 
Seguir es imposible si me quedo atascada en tu incógnita de que sera de nuestra promesa para junio. Si te supero y tu aun aguardas por mi, si te espero y tu ya me has encontrado en otros labios. 
Por que, también admito que a veces quiero despertar culpa en ti, y robarte el sueño algunas noches como yo de madrugada escribiendo. 
Eres el paso al olvido que aun no doy, el capricho mas grande que he tenido y el grito mas largo que eh dado. 
Y cuando digo ya no mas, me encuentro con las canciones y tu mirada en mi pensamiento. 
El grado de mi trauma varia si lo comparamos con las cicatrices anteriores y las lagrimas que parecían depresión.  
Quien sabe, tal vez mi vida fue un drama desde antes de nacer, y mi corazón un nudo mucho antes de toparme con tus lunares.
Creo que después de todo, simplemente el que llegaras a mi vida trajo esperanza; pero después tu huracán de sentimientos sin sentido, me dejaste peor que como me encontraste. 
Pero, esto es mas que un deja vu y tu eres menos que un simple recuerdo. Abro los brazos no para recibirte, si no para dejarte ir. Ahí, donde van los amores del pasado. Donde no pueda encontrarte si me siento sola y no tengo a quien dedicarle mis textos. Y no, no es un adiós definitivo, tu contrato por mis madrugadas sigue vigente y mi asistencia a tu recuerdo no puede faltar.



esperando un junio lleno de nosotros, tal vez.