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Y con el paso de los días todo falta, y tus recuerdos nunca están de mas. Extraño todo lo que tenemos, los silencios, las comidas, desayunos y cenas, tu manera casi milagrosa de convertir poco en mucho. Extraño verte y que sepas que quiero decir aun cuando no digo nada, las peleas por la mañana y mi manera de llorar y reír por ti. Que me digas que si y que no debo, con la libertad que solo tu sabes que es buena para mi. Que me has enseñado a querer y a compartir, y a que la vida no siempre hace favores, pero que siempre hay motivos para ser feliz. Extraño ver televisión contigo, tirar mi cabeza en tu panza y actuar como bebé celosa, aprender de ti sobre paciencia, física y matemáticas. Tus permisos negados y mi forma de irme con un "si" a medias. Los domingos de misa y tu manera de apurarme, las caminatas y los largos periodos de tiempo sentadas en la barra. Eres quien siempre falta si no esta, un recuerdo vivo, alguien que nunca sobra. Hasta que no dejas de ser pequeña, no puedes entenderlo. No todas las madres saben cocinar amor, pero tu te sabes la receta de memoria. Eres la palabra vida y dos brincos. Mas que alegría y un baile, una canción y un libro. Eres bendición. Tus quejas y mis berrinches, tu dolor y tu fuerza, mi ejemplo. Por eso quiero decirte, que soy muy feliz. Y que casi todo lo que me hace feliz, me lo has dado tú. Yo ya sabía cuando me abrazabas, que todas las madres merecen ser felices, pero que tu más. Tu manera de ser, que me recuerda que nadie es perfecto, en excepción, tu eres mas que eso, por ejemplo, mi ángel, mi mamá. Te amo. ¡Feliz día Reina!