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Cuando me acuerdo de ti, vuelves.

Yo tal vez nunca te he amado, no de esa manera en que estas pensando, nunca conteste “si” a tu insistente pregunta en las madrugadas. Nunca, a tu persona en general.

Sin embargo, de una extraña manera siento que llegué a amar tus pequeñas partes, la idea de lo que yo creí que eras. 

Podría agregar a la lista los “detalles”, pero sabría yo, que fueron tan pocos que no completa la palabra. 

Y me encuentro en un lugar donde por fin acepto y caigo de rodillas ante mi única verdad..

Ame, nuestro corto tiempo juntos, tus ganas de estar conmigo, muy a pesar de que tu conciencia insistía en que debías dejarme, antes que la culpa por hacerme algún de daño, apareciera. Tu manera de tomarme y no dejarme ir, tu miedo al rechazo, tus dominantes manos mecías, y tu muy lenta manera de entregarte.

Amé tu ego, dejando siempre claro que como tu ninguno, que si aparecía mi mal comportamiento después de nuestra ruptura, claro estaba era por ti, en mi mente. Mis ganas de dejarte, para después volver. Tu miedo a mi olvido y las llamadas perdidas. Los mensajes nunca contestados y las fotos escondidas. 

Ame sin limites, tus mensajes, los “te quiero” que salían de tu boca provocados por mi, tus ojos distraídos y tu forma de hablar. Tus ganas, tu pasión, tus lunares y una por una las canciones que cantaste. La manera en que caminabas y tus frases mitad poéticas y mitad reflexivas. Tus abrazos, tus besos cariñosos en la frente, tu manera de observarme mientras trataba de concentrarme en la película, cuando no sabias que excusa inventar para buscarme, para tomar mi mano, para llamar, para desaparecer. 

Amé de manera perdida, tu manera de escabullirte a la hora de querer sacarte de mi mente, las cicatrices que dejaste en mi, tus recuerdos, y promesas. Las maneras tan raras para demostrar tu amor, viajar contigo, tomar tu mano, tocar tu cabello, los chocolates, las cenas, tu manera de conducir, nuestro punto y coma. Amé sacarte verdades que jamas le has dicho a nadie, las cosas que no dijiste y aun así me entere. La noche juntos en la plaza, tu manera de seguirme el juego y columpiarnos juntos. Mi sarcasmo y tus enojos. Mi inocencia y tus ganas de enseñarme. Mi manera de buscarte y tu manera de dejarte encontrar.

Ame sin rastros de “¿porque's?” tus verdades a medias, las formas no deducibles de dejarme de lado, incluso, aprendí que amo cuando te busco, y se que estas ocupado con otros labios.
Amo nuestra libertad para estar juntos en la distancia y a pesar de lo que venga, amo estar aquí, por ti.