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Esta vez, no es un simulacro.

 A los dos nos gusta que el otro nos diga cuánto nos quiere, pero ninguno de los dos obtuvo nunca lo que quiso. Nunca fue bastante, no nos alcanzó. Tal vez a ti si te alcanzó, porque no necesitaste nunca verme. Pero no fue suficiente para mí, que te quisé con el alma y no podía verte jamás.La pregunta es ¿porqué no me dijiste desde el principio que te habías tomado nuestra relación de otra manera? ¿Por qué no me advertiste? Te hubiera amado menos, te hubiera dado menos. Ahora estoy atada a ti y es un infierno, por eso decido alejarme ahora. Porque si seguimos con esto que no tiene nombre, voy a amarte cada día mucho más y no es eso lo que quiero. Lo que más me duele es que nunca tuve prioridad en tu vida. Tu felicidad era condición única para que yo estuviera bien. Siempre te tuve arriba, como el religioso tiene a Dios.Pero yo nunca te interesé demasiado, si no, hubieses tenido más ganas de verme. Tal vez tantas como yo. Nunca tuve prioridad en tu vida, mientras que tú fuiste toda en la mía. Como novio o como amigo, me duele verte escribirte o escucharte. Yo escribo esto suponiendo que vas a entender, porque te sé un tipo inteligente. Así que a partir de hoy, voy a empezar de nuevo. No quiero hablar contigo. No quiero verte, no quiero escucharte. No me gustó tu ”manera”. Tal vez cuando sea más grande me acuerde de ti y entienda lo que me dijiste. Quizá ya lo entendí. Por eso hoy, hoy quiero decidir, prefiero estar con alguien que me ame a mi manera.

PD: Pero como te amé yo, no te va amar nadie.