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El vacío no se llena con otros huecos.

Puede ser que soy así, desde el principio, cuando juraba no ser de nadie y me negaba a dejarme atrapar por ti. 
Te he llegado a amar de una manera en la que nunca pensé, me aferro con las uñas a lo que supongo que tenemos tan real, que no se hacia donde voltear si se pone difícil la cosa. Y soy lo que nunca pensé que llegaría a hacer, los líos con otras se ven tan reales en mi mente que la confianza decidió saltar por la ventana. Quiero irme de tu lado para después darme cuenta que contigo creo sentirme tan llena de esperanzas falsas. El problema no eres tú, cansado de tu vida diaria, del stress laboral y de las tareas, soy yo, que mi mente me tenta a creer que si te alejas de mi cada vez mas es por un quizas lleno de mentiras.  Es ahí cuando otras letras me tientan y me llevan a creer que pueden sanar tu indiferencia por un rato, que no te necesito del todo y que puedo irme cuando yo quiera.
Pero seamos realistas, puede haber risas largas platicas de madrugada y hasta llamadas vagas. Pero al final nadie sabe a ti, a tus arranques, a tus celos, a tu seguridad, a tus manos necias. 
Eres la única persona capaz de controlarme en los momentos mas difíciles, y la única que esta tan dentro que el dolor de expulsarte es mas grande que el que causas momentáneamente. 
Perdon por empujarte, por confundirte, por no saber explicarte a detalle, el daño que me haces, lo mucho que me dueles y todo lo que te quiero.