Si hablamos de opuestos, como blanco y negro, arriba y abajo, aparecemos nosotros, estallando en el choque de ideas, desde religión hasta la manera de escribir. Y la gente no puede entender como luchamos por permanecer juntos, tal vez desconocer que hay días en los que hasta las ganas de pelear no están y quien sabe si nosotros. Que dudamos de todo menos de la fuerza de nuestro amor. En cambio, hay amaneceres a su lado que no cambio por nada. Que el brillo de sus pestañas me alegra el día, la vida, el alma. Puede ser que nos empujemos y la confianza para abrazarnos aún despues de vomitar no sea la mejor parte de todo, pero si me ven sonriendo, si me ven feliz cada día es por que encuentro un sin numero de motivos nuevos para quererlo más. Para unirnos hasta el punto de fundirnos, no se donde empieza ni se donde acabo yo. Conozco sus gestos, hasta los tonos de voz para cada sentimiento, desde la pasión hasta la rabia de no poder con tanto enojo. Cuando pierde la calma, y mi abrazo lo hace volver a mi lado, cada sonrisa, cada lunar que uno despacio con mis dedos, adoro cada uno de sus defectos por que hacen que esto sea mas real, fuera de la perfección encontré mi lugar en unos brazos calidos y un pecho que me hace creer que los imposibles son irreales y que el y yo podemos alejarnos pero nunca separarnos. Que como todo, hay días para cada uno de nuestros modos, que cada beso es para confirmar que mi corazón le pertenece.
Sigo segura que estos ojos son para mi, como mi vida entera para el.