Ir al contenido principal

¿por qué?

Ahora que estoy a medio paso de poder vivir mi vida sin el dolor que conlleva perderte, es cuando veo todo como es realmente. 
No me quisiste, no lo intentaste, no supiste como. 
Que sí mi abrazo era largo y tu tenias prisa, cada pequeño detalle que para mi era doloroso y tuve que inventar una excusa en mi mente para dormir en paz y seguir a tu lado. 
No sabes querer, pero tampoco quieres que te enseñen. No sabes dar, pero te gusta recibir. No estas dispuesto a abrazarte a mis caderas, por miedo a ser dependiente. 
Entiendo cada mirada desviada, cada mensaje, cada vuelta, cada palabra de más que terminaba rompiendome en la cara los planes a futuro. 
Que tengo miedo de quererte mas de lo que te estoy olvidando, y valla que si hablmos de amor, me sales debiendo.
No quisiste dejarme entrar y yo me creía ya instalada en tu corazón, me grabé la idea que sí te voy a querer por los buenos ratos, los malos debo comprender. Que es verdad que nadie es perfecto, pero no es motivo para deshacer corazones. 
Te quise, a manera de poner mi estado de animo a tu merced, como si fueras lo unico que me mantiene todos los días, dependiente a tu atencion, a tus migajas.
Entiendo tu infidelidad, pero no entiendo tu descaro, tu orgullo, tu manera de besarme y jurar que nada pasó. Y tienes razón, nada pasó entre tu y yo. Fuimos el suspiro que la gente se alegraba de ver, apagaste de golpe mis iluciones una madrugada triste, cuando el telefono no sonó y las 24 horas de mi cumpleaños no te bastaron suficiente como para decidir aparecer. No eres, no soy, no fuimos, no seremos.