Ir al contenido principal

Te digo adiós para toda la vida, aun que toda la vida siga pensando en ti.

Si esto hubiera sido en otro momento, yo me quedaría con palabras a medias que después de un arrebato de valentía terminarían llegando a tu bandeja de entrada. Esto es un adiós, como ya lo habrás notado, como tus labios partidos y con ganas de llamar mi atención lo sienten.
Si esto hubiera sido en otro momento, me habría despedido, te daría mis razones después de mi adiós definitivo escribiría algo así como:
Adiós, no vuelvo jamas.. (no por que no me quieras, por que tus ojos no me dejan mentir, ni tu voz cada que nos encontramos, cada que te partes en dos y me sigues por el patio, cuando te encuentro observándome esperando que no sienta tu mirada fija. Estoy segura que lo intente, y por eso no voy a volver atrás, por que te dije mis motivos pero tu solo soltaste mi mano y te escondiste en la sombra de la cochera. Por que a pesar de mis lagrimas no quisiste intentarlo, y yo seguí durante treinta y seis días ciega, esperándote sentada en el mismo lugar. Pero como vas a saber volver a mi, si en el camino te topas con tu libertad y chicas ilusas a las que seguramente les prometes lo mismo que me prometiste a mi al principio, días felices, un zoológico y 5 peluches. No es rencor, es amor propio, por que amarte tanto me rompió el alma, y te llevaste mis pensamientos contigo, te siguen y mi manía por saber que haces y preguntar por ti no iba a cesar, hasta que yo lo parara. En este adiós en el que me alejo con miedo, te dejo los te amo que escribí con tanto amor, el temor de jamas habértelo dicho de frente y me llevo tus planes a futuro, lo que planeaste conmigo y tu manera tan absurda de huir, para después volver. Estoy cansada de que me dejes, y hoy ya no caigo otra vez en tus redes, te dejo por que es lo que mi corazón merece y la miseria que te ganaste con tus actos fríos. Pero que mas da, si tu ya tienes con quien consolarte, mientras yo sigo buscando motivos para no volver. Eres un idiota.) Cuídate y se feliz.


















Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.

 -José Ángel Buesa.