Ir al contenido principal

Prologo.

Yo creo que la manera de no ahogarnos con las palabras es compartiéndolas.


Lo vi por primera vez en Octubre del 2014, su sonrisa era como de otro mundo, el chico de la camioneta roja me hacía asomarme de cuando en vez para ver si lograba llamar su atención. Recuerdo que no sabía nada de el, y ya le dedicaba canciones, me apetecía tanto sentarme escondida cerca de la ventana a escuchar su risa a carcajada. Cuando despistadamente pregunté su nombre a alguno de mis primos, logré encontrarlo en redes sociales, recuerdo que por una semana visitaba su perfil como una niña obsesionada de secundaria, un domingo, a las 4:15pm un arranque de atrevimiento mandó una solicitud, mismo que terminó 3 minutos después y me convencí a mi misma que no soy el tipo de mujer que busca primero a un hombre, con actitud de diva cancelé la solicitud y a las 4:19pm una notificación hizo sonar mi celular, tenía una nueva solicitud de amistad, mi amor platónico había por primera vez notado mi presencia.